viernes, 24 de abril de 2015

teatro: hijas de la gran puta

Muy buenas a todos. Tanto la entrada de hoy, como la del próximo día, tendrán como protagonistas a una de las actrices de la reseña de hoy y a su director. Ambas obras están enclavadas en el género de la comedia, si bien la próxima tiene un final más amargo, que por supuesto no voy a desvelar, la que hoy se analiza por contra tiene un final más loco, acorde con lo que hemos visto a lo largo de la representación. Acompañadme al teatro, donde tres amigas demostrarán que muchas veces no hacen falta enemigos para ponerse a caer de un burro. Listos? Allá vamos.






Dirigida por Norberto Ramos Del Val, y con guión de Pablo Vázquez y Jimina Sabadú, la trama es la siguiente: Gabriela, rol de Ana Rujas, es una actriz que espera su gran oportunidad. Una tarde invita a su amiga Natalia, papel de Rebeca Roldán sustituyendo a Pilar Gil, para que le eche las cartas del tarot con las que conocer su futuro. Poco después aparece Martina, con los rasgos de Mariam Torres, relaciones públicas y amiga de la segunda. Poco imaginan las muchachas que al invocar al espíritu de Martina Muñoz, una antigua actriz, vivirán una experiencia que las cambiará para siempre.

Al fin pude quitarme la espinita que tenía clavada con Ana Rujas. Si bien ya la había visto en series o en cortos o películas, no podía decir lo mismo del teatro. No pude verla en su anterior obra, cosa que ya por fin pude hacer con la entrada de hoy, y también de la próxima entrada. Y la espera ha merecido la pena, pues demuestra tener mucho talento para la comedia, y tanto ella como sus compañeras consiguen meterse al público en el bolsillo a las primeras de cambio.

La obra se encuentra dividida en tres actos, siendo cada uno de ellos introducido por cada una de las actrices. La primera en abrir fuego es Ana, que a las pocas líneas de diálogo se atreve a cantar una canción, de las muchas que hay a lo largo de la representación y creada por José Sanchez Sanz. El acto dos le corresponde a Rebeca, y el último que cierra la obra es para Mariam.

Según avanza la obra, y quedándose encerradas en la casa de Gabriela, somos testigos de como las chicas van abriéndose y revelando sus sentimientos a los espectadores poco a poco. Así, las opiniones que en un principio teníamos sobre ellas, dan un giro de 180º al conocer su verdadera historia, y de los motivos que las han llevado a convertirse en hijas de puta.

Una de las cosas que más me gusto de la obra, fue la interacción que tuvieron con el público las actrices. En un par de ocasiones, incluso bajan para dialogar con los que estuvimos en primera fila. Con eso consiguieron hacernos más participes de sus peripecias, pasando de ser meros testigos a casi cómplices o amigos de las peripecias que están viviendo.

Las actuaciones musicales, lejos de chirriar encajan muy bien con la trama. No es que se pasen toda la obra cantando, ya que no es un musical. Pero cuando aparecen consiguen mantener el tono de comedia y locura presente que había hasta el momento lírico.

A lo largo de la representación, no son pocas las puyas que las intérpretes se lanzan las unas a las otras. No es que se lancen dardos envenenados, son directamente jabalinas o pertigas. Se dicen verdades como puños, cosa que causa risa en la audiencia, puesto que los autores del guión han sabido dar el toque de comedia justo y no caer en el drama.

En un momento de la obra se cita al maestro Luis Buñuel, y a una de sus películas más reconocidas como es El Ángel Exterminador, con la que el tercio final de la representación tiene un parecido más que evidente, por lo que todos los responsables de la misma, le rinden un más que bonito y sincero homenaje al film del director aragonés.

Lo mejor sin duda, además del guión y la dirección, es la química existente entre las protagonistas. Cada una de ellas representa a un rol de chica que todos hemos conocido alguna vez. Así, según avanza la obra uno no puede sino sentir compasión por unos personajes que desean algo mejor de lo que tienen, y que lo que hemos visto hasta ese momento era pura fachada.

Recomiendo verla, es una obra de hora y media que pasa en un suspiro y que destila mala baba, humor negro, inocencia, simpatía a lo largo de sus noventa minutos. Si estáis interesados, en el siguiente enlace podréis adquirir las entradas: http://teatroalfil.es/espectaculos/hijas-de-la-gran-puta/

En esta ocasión no pude sacarme fotos con las actrices, pero a cambio os dejo una divertida instantánea de ellas posando para el cartel:





Espero que os haya gustado la entrada de hoy.

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